Autor/Fuente: lostiempos.com
Publicado: lunes septiembre 27, 2021
En Bermejo, hoy, pareciera que el único regulador del contrabando fuese el caudaloso río que hace de límite natural entre Bolivia y Argentina. Es al río Bermejo a quien a veces se le pueden ocurrir las más trágicas “incautaciones”, especialmente en la época de lluvias. Hace seis meses, un gomón, esas precarias embarcaciones hechas de madera y neumáticos de llantas, colmado de 25 personas y carga, naufragó. Se cobró cinco vidas entonces el río. Pero pese a la conmovedora tragedia, presenciada por cientos de personas, esa tarde – noche volvieron a navegar los gomones llenos de gente y mercadería.
Pese a que la frontera oficialmente se halla cerrada debido a la pandemia, se ha multiplicado el servicio de transporte fluvial. Se han organizado tres asociaciones de gomoneros, oficialmente consideradas ilegales. Pero, además, se anuncia el lanzamiento de una tercera cooperativa, legal, de las lanchas llamadas chalanas, que trasladan personas entre una y otra orilla de la frontera.
Gomón va, gomón viene; chalana va, chalana viene, cruzando cauces de 60 a 100 metros de ancho, a lo largo de varios kilómetros, en una rutina que parece interminable. En los primeros, casi sólo mercadería y sus avezados tripulantes, en las segundas, casi sólo viajeros, con algunos pequeños paquetes de mercadería. Cada uno apostará su suerte más allá de la línea de frontera.
El paso para el contrabando de mercadería en esta calurosa región se ha intensificado, mucho más que en otros tiempos, aseguran los pobladores. Entre marzo de 2020 y estos días han coincidido los factores más propicios para una especie de boom del tráfico de la mercadería ilegal. Ya desde 2018 la sostenida devaluación del peso argentino con respecto al dólar empezó a desatar la fiebre comercial en las fronteras. Pocos, en ese tiempo, habrían previsto que el nuevo ciclo inflacionario se precipitase desde 3 pesos argentinos por boliviano, hasta los actuales 0,03 argentinos por boliviano.
Todo a favor
Tan prolongado ciclo derivó en otro detonante del boom contrabandista. “Ha habido gente que tenía capital y ha hecho mucha plata -dice Luis López (nombre ficticio), un ingeniero industrial bermejeño que retorna a su tierra cada fin de semana. También aparecieron otros que se dedicaron a mover mercadería con mucha plata. Gente del interior, gente nueva. Hay además mucho rumor sobre otros que lavan lo que sabemos. Y usted sabe que la plata manda, y donde hay harta plata entonces hay harto poder para mandar”.
Devaluación con un cambio de divisa cada vez más favorable y grandes inversionistas dinamizando el comercio transfronterizo, ¿algo más en favor del contrabando? Sí: los efectos económicos de la pandemia Covid -19. La cuarentena precipitó cierres, quiebras y consecuentes despidos y cesantías tanto en Bermejo como en otras ciudades.
La multiplicada cantidad de “trabajadores fronterizos”, en ambos lados del río, se topó con una frontera oficialmente cerrada. No había aduana integrada, ni migración ni control alguno. Paradójicamente, ese cierre abrió el flujo comercial por decenas de pasos limítrofes que generaron incluso otros negocios añadidos. Un tsunami de mercadería y comerciantes se desbordó sin solución de continuidad hasta el presente.
“Con la pandemia, mucha gente perdió su trabajo o vio paralizado su negocito – explica López-. Los albañiles ya no tenían obras ni reparaciones, los comerciantes estaban sin ingresos, igual los mecánicos, músicos, etc. Otros fueron despedidos en Tarija o Santa Cruz y se volvieron a esta ciudad. Luego la economía empezó a recuperarse muy lentamente. Entonces, toda esa gente vio como salida el traer mercadería que se vendía barata en Argentina para negociarla en este lado o en el interior. Otros, una buena cantidad, optaron por poner negocios de comidas gracias a los precios de los insumos argentinos”.
El flujo de personas que cruzan la frontera en Bermejo es continuo a lo largo de todo el día.
Tours de compras
No cabe duda. Esta ciudad de algo más de 30 mil habitantes cobró su propia fisonomía post cuarentena. Diversos negocios, como librerías, vidrierías y ferreterías han añadido, delante de sus puertas, estantes donde ofrecen artículos de primera necesidad de procedencia argentina. Han proliferado las ventas de pollos a la brasa porque la otrora resistida carne de ave del vecino país “está rebarata y sirve para prepararla y venderla así”. También se abrieron cafés y snacks cuyos productos valen la mitad de sus pares en otras ciudades del país sin que prácticamente la calidad varíe. La festiva clientela la constituye la creciente cantidad de visitantes que llegan desde Tarija (ubicada a 3 horas y media) organizados en virtuales tours de compras.
Los mercados bermejeños se hallan rebosantes de productos argentinos que llegan masivamente gracias a circuitos bien organizados de compra traslado y entrega.
-Yo no hago el trabajo solo -dice un recomendado “trabajador fronterizo” -. Primero se reserva la mercadería con un almacenero de Aguas Blancas (el poblado aledaño a la otra orilla). Si es algo más especial, en Orán (ubicada a 45 kilómetros de Aguas Blancas). Luego, si es harto nomás, eso lo trae un “carrero”, o sea el que lleva hasta la orilla del río en sus carritos. Luego opera el gomonero, yo espero nomás acá.
-¿Y no hay riesgos? ¿No controla la Gendarmería Argentina allá?
— Los gendarmes sólo miran de lejos que no pase nada grave, como cuando el otro día pescaron a una vagoneta grandota sobre los gomones. Pero igual más abajo pasa todo, en el lado de la carretera Bermejo – San Antonio pasa todo, y cuando le digo todo, es todo. Hay sendas, terrenos con propietarios que hacen de almaceneros y cobran una especie de peajes, y cosas así. Hasta contrabandean gente y droga por esos lados. Eso lo sabe todo el mundo.
-¿Y la Aduana en el lado boliviano?
—La Aduana tiene su control en la Mamora (a casi 100 kilómetros de Bermejo). Por ahí, controlan. Hacen incautaciones, especialmente a la gente que quiere pasar unas cuantas cajitas en los buses o en las vagonetas. En cambio, los grandes camiones muchas veces hacen magia porque pasan nomás con harta carga, ja, ja, ja.
Los grandes afectados
Y, al parecer, “pasa todo”, hasta lo impensable e indignante en otros tiempos. Bermejo, por ejemplo, ha sido conocido a nivel nacional por una vigorosa empresa que rompía esquemas y monopolios: Industrias Agrícolas Bermejo (IABSA). Su producción azucarera llega a diversas regiones del país. Pero en tiempos del boom contrabandista se han multiplicado los casos en los que azúcar de procedencia argentina es embolsada en sacos que tienen la marca IABSA.
Tampoco la pasa nada bien la pujante industria vinífera tarijeña que años recientes logró destacadas distinciones internacionales y gran aceptación nacional. Pero el ingreso masivo de contrabando puso en jaque a los productores tarijeños que no cesan de reclamar medidas urgentes para evitar un colapso.
La desgastante competencia desleal se ha instalado a menos de 200 kilómetros de sus bodegas. El caso se ha extendido a sus pares productores de cerveza en el norte y occidente del país que han visto mermadas sus ventas. Resulta difícil competir con productos que, libres de tributación y controles, se venden a un tercio o menos del precio que tiene el propio. Pero el escenario parece batir todas las marcas conocidas y ha llegado a crear tensiones sociales entre productores campesinos y los denominados “trabajadores fronterizos”.
“Enfrentamos el problema del contrabando de tomate argentino y también de cítricos y tubérculos -dice Hugo Hoyos, el secretario Ejecutivo de la Federación de Trabajadores Campesinos de Bermejo-.
Junto con la Asociación de horticultores estamos haciendo un control social desde 2019. Hicimos decomisar varios camiones con papa y otros productos, pero lidiar con contrabandistas es peligroso y a veces muy peligroso. Hemos mandado notas al Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando para que bajen acá. Ya el 2019, antes del cambio de gobierno, había el compromiso, pero no se ha efectivizado hasta el presente. Hemos vuelto a mandar notas, pero lo curioso es que no tenemos respuestas hasta ahora”.
Los campesinos, quienes patrullan en camionetas y hasta relevan guardias para proteger su producción, no cesaron en sus pedidos de ayuda. Consta en una serie de misivas dirigidas prácticamente a todo el aparato estatal. Hoyos describe apesadumbrado cómo sus compañeros deben bajar sus precios en los mercados tarijeños frente a la producción argentina producida y envasada industrialmente. Ingresos mínimos para un esforzado trabajo de riesgo que probablemente impulse a más personas a dedicarse al “trabajo fronterizo”, frente a la sordera de las autoridades.
Los mercados bermejeños se hallan colmados de productos argentinos.
Sin respuestas oficiales
“Hemos enviado también notas al Viceministerio de Organizaciones Sociales, a la Aduana, a Rural y Tierras, a Desarrollo Productivo y al Senasag para que manden una comisión, vean lo que pasa y nos ayuden. Pero es tan ingrata la noticia de que hasta el día de hoy no tenemos respuesta. Hablé con el coordinador del Viceministerio de Lucha contra el Contrabando. Me dijo que estaba en Cochabamba, aseguró que iba a hacer llegar una respuesta a nuestra solicitud, pero hasta el día de hoy no hay nada. Vamos a esperar algo más, pero parece que no quedará otra opción que realizar un bloqueo u otras medidas de protesta”.
Salvo una excepción, lograr las respuestas de las autoridades aludidas resulta una peregrinación que amenaza con hacerse interminable. Los funcionarios de la Aduana Nacional en Bermejo, responden:
“Toda información, por favor, a la gerencia departamental”. La gerente departamental, Lourdes Aldana, deriva esa responsabilidad “a la Nacional”. Finalmente, la responsable de prensa de la Aduana Nacional, en La Paz, Silvia Salinas, pide amablemente un cuestionario y advierte que puede tardar varios días en ser respondido. Horas más tarde señala: “Todas las preguntas debería referirlas al Viceministerio de Lucha contra el Contrabando que es la instancia encargada de la elaboración de políticas al respecto”.
En el Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando se ha previsto una entrevista con el principal responsable de esa instancia estatal. Pero hasta el cierre de la presente edición no se ha definido la fecha precisa. En el Senasag (Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria y Seguridad Alimentaria) la indagación resultó más sencilla y clara, aunque nada alentadora para quienes buscan enfrentar el problema.
“Como ahora todo lo que ingresa del vecino país es contrabando, tenemos un trabajo arduo – dice Edwin Ortega, responsable del Senasag en Bermejo-. Ya no sólo entran productos envasados, sino productos naturales. Hemos hecho decomisos de camiones grandes cargados de tomates o morrón. Hubo varios operativos, gracias al seguimiento de los horticultores, pero también se ha llegado a altercados y amenazas de agresiones. También estamos coordinando guías de control para evitar que pase el azúcar argentina cargada en bolsas de IABSA”.
No sólo silencios
Sin embargo, Ortega y sus subordinados advierten que las dificultades se les han multiplicado y no sólo por el desborde de los controles. Como si no bastasen factores favorables al contrabando, este servicio ha visto mermados sus equipos y personal. En tiempos en que se prevé la necesidad de, al menos, tres puestos de control más, el Senasag vio reducido su equipo de 11 a siete técnicos. También vieron cómo hace un año fueron dadas de baja las camionetas con que se movilizaban los técnicos, pero no fueron repuestas hasta la fecha. Para los operativos apelan al uso de una única motocicleta que deben compartir los cuatro inspectores.
Así Bermejo parece constituirse en otra zona franca de facto. El vertiginoso ritmo que ha alcanzado el contrabando compite con lo que sucede en La Quiaca, Yacuiba, o las fronteras del occidente u oriente bolivianos. El país – feria, colmado de trabajadores informales, amenaza la cada vez más debilitada producción interna con todas las consecuencias que ello implica. Desde el quiebre de industrias hasta la colindancia con delitos como el tráfico de drogas, armas y personas son fenómenos en creciente constatación.
Según datos de la Confederación de Empresarios Privados, en 1999 el contrabando llegó a 1.000 millones de dólares. Para 2020 las evaluaciones señalan que superó los 3.300 millones de dólares, o sea, se triplicó en 21 años. El contrabando hormiga alcanzó en 2014 a 533 millones y en 2020 se calculó que había superado los 1.000 millones de dólares. También se ha precisado que anualmente el contrabando resta al país entre 1 a 2 por ciento al crecimiento del Producto Interno Bruto. Asimismo, el Estado deja de recaudar por evasión de impuestos internos debido a la actividad contrabandista más de 336 millones de dólares.
Propuesta empresarial
Según la Cámara Nacional de Industrias (CNI), por el negocio ilegal transfronterizo, están en riesgo alrededor de 600 mil fuentes de empleo en este sector. Más de 36 mil industrias en Bolivia se hallan afectadas por el ingreso ilegal de mercadería de países vecinos y asiáticos. Por esa razón, la CNI ha elaborado la propuesta de una estrategia de lucha contra el contrabando.
Los industriales, ante la emergencia, plantean ampliar la interdicción que se apoya en las Fuerzas Armadas hacia el sur y el oriente del país. También demandan la instalación de sistemas informáticos de control tributario que abarcarían el universo de la mercadería comercializada. Buscan también una municipalización de la lucha contra el contrabando, dadas las incontables y extensas ferias colmadas de productos ilegales que se han organizado en las principales urbes bolivianas. Los industriales propugnan que se transparente los datos con la Aduana Nacional. Finalmente piden coordinar con la Unidad de Inteligencia de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero la investigación del movimiento de cuentas de persona sospechosas vinculadas a actividades del contrabando.
Hacia el futuro queda abierta la respuesta de las autoridades gubernamentales y las estrategias que éstas planteen. Mientras tanto, en Bermejo, como probablemente los otros grandes enclaves del negocio en boga, la fiebre del comercio ilegal no para ni de día ni de noche. Los operadores recurren a diversidad de medios para ampliar su alcance. Por ejemplo, en las redes sociales de la frontera ya se ofrece el servicio “delivery” para la entrega de mercadería “traída del frente” o se apela a sistemas GPS para transitar por caminos vecinales extremos.
“Pasa todo, con la pandemia se ha disparado -dice López-. Hay varios extranjeros con socios acá que mueven gente a toda hora. Por la avenida Petrolera y por otras más allá, entre la noche y la madrugada, constantemente llegan jovencitas cargando mochilas. Las vigilan unos como guaruras. Llegan entran a algunas casas y luego se van al otro lado. La forma y rutas en que esa gente se mueve las han creado primero quienes contrabandeaban cualquier cosita”.
Ibo Blazicevic: “La lucha contra el contrabando no debe ejercitarse sólo en las fronteras”
El presidente de la CNI, Ibo Blazicevic, respondió a OH sobre la situación de uno de los sectores más afectados por el boom contrabandista.
-¿Cuáles de las industrias asociadas a las CNI, en especial, son las más perjudicadas por el flagelo del contrabando?
-Los productos industriales importados ilegalmente (contrabando) que más se comercializan son alimentos, prendas de vestir, bebidas (alcohólicas y no alcohólicas) y productos farmacéuticos, sin que se excluyan a muebles, manufacturas de cuero, plásticos y productos de construcción. El contrabando producto de la pandemia ,en la gestión 2020 , creció sustantivamente. La entrega de productos del contrabando a la puerta del consumidor es una práctica habitual en la nueva normalidad.
-¿Y en el caso de la frontera argentina qué casos son los más graves?
-En la frontera con Argentina los productos con mayor contrabando son alimentos y bebidas alcohólicas y no alcohólicas. La devaluación permanente del tipo de cambio en Argentina impulsa el contrabando e inunda los mercados locales generando una reducción de mercado para la producción nacional.
-¿Hay algunos casos que estén en el límite de sostenibilidad y que podrían cerrar o llegar a un colapso dentro de poco tiempo?
-Los casos de las bebidas tanto alcohólicas como no alcohólicas son los rubros industriales más golpeados por el contrabando que procede de Argentina.
-¿Cómo han respondido las autoridades a las demandas que contiene la estrategia de la CNI para luchar contra el contrabando?
-La CNI ha firmado un convenio con el Viceministerio de Lucha al Contrabando, por el cual los industriales apoyan a esta institución pública con productos, alimentos y equipos de comunicación para labores de interdicción en fronteras. A su vez, se ha reunido con la presidente de la Aduana Nacional de Bolivia para coordinar labores de información sobre contrabando técnico (subvaluación de mercadería) y reformas a la normativa en la Ley 843 para reducir el valor de 200 mil UFVs del valor del tributo omitido de la mercadería del contrabando a 10 mil UFVs y tipificarla como delito penal.
-La CNI pide que se amplíe la militarización de la lucha contra el contrabando, ¿cómo evalúa la labor de las FFAA en la frontera con Chile?
-La labor de interdicción y lucha al contrabando en la frontera con Chile registra resultados adecuados, pero debe profundizarse en esta misma frontera, así como en la frontera con Perú, Brasil y Argentina. La interdicción es uno de los mecanismos más adecuados para luchar contra el contrabando. El Gobierno debe dotar de mayores recursos económicos, logísticos y humanos a la labor.
– ¿Puede explicarme en qué consistiría la municipalización de la lucha contra el contrabando?
-La municipalización de la lucha al contrabando significa que los municipios realicen fiscalizaciones y operativos de control en los mercados internos (tiendas, ferias, mercados populares, entre otros) supervisando que la mercadería importada cumpla tanto con los requisitos tributarios (Timbre ICE por ejemplo) como también los requisitos sanitarios de los productos (establecidos por el Senasag). La lucha al contrabando no sólo debe ejercitarse en fronteras, sino también en el mercado interno para preservar las fuentes de empleo en Bolivia.
-En la frontera, he visto que la única fuerza debidamente organizada y efectiva contra el contrabando es la de los productores campesinos. ¿Ha tomado previsto la CNI alguna coordinación con ellos?
-La CNI entablará relaciones y coordinación con todos los actores públicos y privados que ejerciten la lucha al contrabando. A mayor unidad en la lucha al contrabando los resultados serán mejores.
-Se suele cuestionar la competitividad de varios productos bolivianos y añadir con ello justificativos en relación a la preferencia por los productos extranjeros contrabandeados. ¿Qué dice al respecto la CNI?
-A nivel empresarial es necesario incrementar la productividad y competitividad; sin embargo, es también fundamental que a nivel gubernamental nacional y subnacional se establezca un Estado promotor de la inversión privada. Se requieren ajustes laborales, tributarios, de seguridad jurídica, de apertura de mercados, de reducción de la burocracia y otros, para aumentar la competitividad de las empresas bolivianas.