Autor/Fuente: opinion.com.bo
Publicado: miércoles julio 24, 2024
La Comunidad Boliviana de Sobrevivientes pide que las máximas autoridades de esa orden religiosa de Roma brinden su declaración ante la Fiscalía. Denuncian encubrimiento.
“Roma exigió a los jesuitas de Bolivia ocultar el diario del pederasta que fotografió a decenas de víctimas: ‘Se debe conservar con mucho cuidado’”. El diario El País de España tituló así su publicación de ayer, donde se revela que el Vaticano tenía conocimiento de los casos de abusos y violaciones y ordenó que el diario del jesuita Luis María Roma Pedrosa, conocido como Lucho Roma, no salga a la luz.
Más de un año después de haberse destapado los abusos del jesuita Luis Roma contra al menos un centenar de niñas en Bolivia entre 1983 y 2002, período en el que trabajó para la orden en Charagua, Santa Cruz, han surgido nuevos datos que implican, presuntamente, a la Curia General de la Compañía de Jesús en Roma como encubridora de los delitos confesados en un extenso documento redactado por el propio sacerdote.
En una publicación de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina se denunció este martes que el ente superior de los Jesuitas en Roma conocía de los abusos de Luis Roma y que a través de un correo electrónico se ordenó clasificar el documento además de asistir a las víctimas para que reciban tratamiento psicológico si lo requieren y publicar explícitamente el nombre del cura en medios de comunicación así como la divulgación del caso.
La información fue divulgada por El País de España medio que además contactó a Claudio Paul, consejero superior de los jesuitas en Latinoamérica, la persona que escribió el correo electrónico a la Compañía de Jesús instalada en Bolivia. El medio español también pudo acceder a una copia del mensaje enviado por Paul a Ignacio Suñol, exprovincial de la Compañía de Jesús, hoy reemplazado por Bernardo Mercado.
CORREO ENVIADO DESDE ROMA
En 2020, Paul envió un correo electrónico al provincial Ignacio Suñol, máximo cargo de la congregación en Bolivia—, en el que señalaba los pasos que tenían que seguir después de acabar la investigación sobre Lucho Roma, entre ellas, señalaba: la reparación de las víctimas, hacer público el caso “explicitando el nombre de Luis Roma (no solo las iniciales)” y ocultar su diario como “información clasificada”.
Al momento, no hubo avance en cuanto a la reparación de las víctimas de Luis Roma ni tampoco se divulgó, en un primer momento, la identidad del cura puesto que la orden en Bolivia se dirigía al sacerdote como L.M.R.P (Luis María Roma Pedrosa).
¿QUE DICEN DESDE ROMA?
El medio español trató de entrevistar a Claudio Paul respecto al correo electrónico en el que presuntamente se pide “clasificar” el diario de Luis Roma, titulado como Los Manuscritos de Charagua.
Paul ha afirmado que es una cuestión que no le corresponde “tratar temas internos de la congregación en el foro externo”. En el mismo escrito, tampoco ha especificado por qué no denunciaron los hechos. Además, la Compañía de Jesús se ha negado a contestar más preguntas de El País, el portavoz de los jesuitas, Sergio Montes, se ha limitado a decir “es lo que la Compañía tiene que decir, y no más”.
Ante esta situación, la Comunidad Boliviana de Sobrevivientes, según una publicación de Urgente.bo, solicitó que las máximas autoridades jesuitas de Roma brinden su declaración ante la Fiscalía debido a los casos de pederastia en Bolivia.
CONFESIONES DE LUIS ROMA
En el denominado Los Manuscritos de Charagua, Luis Roma confiesa en diversos textos, 72 según indican informaciones preliminares, distribuidos en tres carpetas, actos de violencia y abuso sexual en contra de menores de edad en Santa Cruz.
En los textos, tachados como “información clasificada” por los jesuitas, Roma detalla cómo dichos actos le resultaban placenteros y hasta indicaba las dificultades que tenía para llevar a cabo sus crímenes.
Las investigaciones de la Fiscalía General del Estado continúan. Roma falleció en 2019 pero se investiga al entorno jesuita para determinar si hubo encubrimiento de parte de provincianos y otras autoridades dentro de la Iglesia.