Singani Rujero presenta su nueva imagen corporativa

Autor/Fuente: elpaisonline.com

Publicado: viernes marzo 9, 2018

La empresa agroindustrial Bodegas y Viñedos La Concepción abrió las puertas de su casa para una delegación de periodistas provenientes de todos los departamentos de Bolivia, con el fin de dar a conocer desde adentro la historia, los pasos de la producción, el legado y la nueva imagen corporativa del producto estrella que es Singani Rujero, que se abre a nuevos mercados con un león como insignia simbólica de la solidez y liderazgo de la marca, identificándose con las tendencias del consumidor actual.

Luego de tres décadas ofreciendo uno de los mejores singanis del país, Rujero cambia su imagen corporativa mostrando a través de sus íconos renovados la esencia que lo ha caracterizado desde sus orígenes: la calidad, innovación y liderazgo. Los íconos y slogan se mantienen presentes en esta nueva imagen que muestra rasgos de un león más joven, fresco imponente, dominante, que permiten percibirlo como “el singani boliviano más poderoso”.

La nueva imagen va acompañada de una importante inversión en el nuevo packaging que se presentó al mercado el día de ayer ante periodistas de toda Bolivia, que además pudieron adentrarse en la elaboración misma conociendo a detalle la enología tras la etapa de destilación en alambiques de cobre, que permite un aporte de calor lento y constante que le otorga al singani un aroma y sabor únicos.

Los periodistas, tras su arribo a Tarija, pudieron conocer en los viñedos de la empresa ubicados en el municipio del Valle de la Concepción, de primera mano el proceso y la pasión que hay tras el proceso de elaboración, con un recorrido que inició en los viñedos de la uva Moscatel de Alejandría, sintiendo el impacto de probar la uva y recibir de primera mano la explicación sobre el trabajo que se hace por parte de especialistas, desde el tratamiento de los suelos hasta la producción, pasando por el factor enológico e histórico.

El gerente general de Bodegas y Viñedos La Concepción, Ramiro Magariños, quien fue uno de los anfitriones, dio a conocer los detalles históricos que rodean a la industria, desde la época colonial hasta el presente, revelando un dato muy interesante, que el nombre “Rujero” viene por la quebrada que se ubicaba cerca de los viñedos, misma que antes cuando se llenaba por las lluvias provocaba un estruendo fuerte que emulaba al rugido un león. Asimismo en la visita a la “Casa de Hacienda” construida por los jesuitas en la época colonial, se explicó que el singani tiene un legado que data de hace siglos y tras cada botella se esconde la pasión de todas las generaciones de personas que participan de la elaboración.

Desde el 2015 Rujero viene desarrollando sus exportaciones esperando alcanzar las 500 mil botellas de primera calidad en los próximos cinco años, para consolidarse como el producto revelación y de crecimiento constante en el exigente mercado de Estados Unidos, país al que llegó de la mano de Ramón Escobar, estadounidense de padres bolivianos que es el pionero en importar el destilado boliviano a la costa de ese país. El empresario explicó que habiendo comenzado con 4.000 botellas que fueron destinadas a los mejores restaurantes y bares de Washington y Nueva York, se avizora un futuro promisorio para el producto que es muy valorado.

El complejo productivo de uvas vinos y singanis tomó relevancia histórica hace 45 años atrás, cuando se decidió apostar por el crecimiento de la frontera vitivinícola hasta convertirla en la segunda fuerza económica del departamento de Tarija después del gas natural, siendo Rujero uno de los actores claves en esta cadena que según estudios de FAUTAPO y el BID-FOMIN ,en el 2012 generó 2.300 empleos para familias del área rural y 1.110 empleos directos en las bodegas, calculando unos 12 mil empleos en actividades complementarios como transporte y comercialización.

Así tras entrevistar a los especialistas del rubro, los periodistas invitados de ciudades como La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, vivieron una jornada inolvidable, siendo unos de los puntos del programa la degustación de singanis, a lo que le siguió un almuerzo típico tarijeño con un imponente show realizado por un ballet folklórico de Tarija, culminando el recorrido con la visita al mirador de Rujero, que les sirvió para tomar fotos que quedaron como verdaderas postales de la tierra tarijeña.

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